ABSA y la Omisión Deliberada: Ahogados en Promesas, Sedientos de Justicia (Parte I)
Opinión por Jaqueline Ramos.
La militancia por el agua, la salud y el ambiente se trata de eso, militar. Sin embargo, se pretende que dichas personas se “desgasten”, que sus vidas transcurran y se pierdan en el tiempo para dilatar una acción que debe ser de manera tajante obligatoria: tener agua potable. Y mientras tanto, las comunidades se enferman, los habitantes mueren, y ¿por qué? por beber agua, un derecho humano insoslayable.
Parece una locura, que a pesar de los años y las personas que han alzado la voz al respecto, nos encontremos en el mismo lugar parados: el agua de Chivilcoy tiene arsénico.
Y para entender mi opinión al respecto, hay que adentrarnos en la historia de la lucha colectiva por el agua. Allá, por el 2012, un grupo de vecinos autoconvocados presentó en el Honorable Concejo Deliberante, una carpeta con pruebas contundentes sobre los niveles de arsénico que presentaba el agua de nuestra ciudad y los daños que causan a la salud humana. Entendiendo la responsabilidad que tiene Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) sobre el tema, como empresa proveedora del mismo, no es algo que desconocía, ya que existen numerosos informes al respecto que datan de fechas anteriores al inicio del reclamo por parte de Chivilcoy. Es decir, que ABSA conociendo el problema y el daño a la salud humana que produce el arsénico en nuestra salud, simplemente decidió “mirar para un costado” y permitir que sucediera, priorizando sus intereses económicos sobre la salud humana.
Es importante destacar que esta empresa es una sociedad anónima con mayoría integrada por el Gobierno de la Provincia de Bs. As. Esto es sumamente relevante destacar, ya que son las autoridades provinciales las que permiten que consumamos día tras día agua con arsénico a pesar de que su visión y misión sea la de prestación de agua potable y tener un compromiso social con la comunidad, entre otros. Me permito discernir, ya que nada de eso se está cumpliendo.
Debido a ello, se inician medidas judiciales en el 2017. Para ello, se trabajaron varios años al respecto, por ejemplo, reuniéndose con el INTI (Instituto Nacional de tecnología Industrial), con la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires y, hasta se presentaron numerosos pedidos de informes a ABSA sobre el estado del agua, que claramente, nunca respondió.
Después de años de lucha y de faltas de respuestas, se logró la primera resolución ante el amparo colectivo presentado ante el Juez de primera instancia, Dr. Cherubini del Juzgado n°6 de Mercedes, quien ordenó a ABSA, a suministrar agua en bidones y la suspensión del pago de facturas del servicio hasta tanto se resuelva el fondo del asunto: proveer agua potable. Y acá es cuando prima la insensatez e irresponsabilidad de ABSA, apelando a la Cámara de San Martín, generando instancias judiciales extensas, donde “en el mientras tanto” Chivilcoy sigue consumiendo agua con un metaloide tóxico.
Dicha Cámara rechaza el pedido de anulación de pago del servicio y habilita la entrega de bidones, no sólo a los amparistas, sino también a todos aquellos que se encuentren en igualdad de condiciones, es decir, que demuestren, a través de análisis, los niveles de arsénico que poseen en sus hogares. Nuevamente, ABSA, no cumple con lo último mencionado. A pesar de que la justicia se basó en la Constitución Provincial y Tratados Internacionales con respecto al daño que causan a la salud humana de manera determinante, no resultó suficiente para su cumplimiento y, cómo esto se trata de una nota de opinión, me permito decir que es una falta de respeto para el pueblo y para las generaciones venideras que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, el que esté de turno y anteriores, permita tal suceso (envenenamiento de una provincia con un metaloide tóxico) y no solo eso, sino que además pagamos de manera obligatoria para que lo hagan de manera inescrupulosa.
Es en enero del 2018 que se crea la Comisión Fiscalizadora del Agua, integrada por ediles, profesionales e integrantes de la Asamblea por el Agua con la finalidad de poder dar participación y control sobre este tema apremiante en nuestra comunidad. Finalmente, y en diciembre de dicho año llega el tan preciado dictamen, el Juez de Primera Instancia indica que el agua en Chivilcoy no es apta para el consumo humano, obligando a ABSA a realizar las respectivas obras para cumplir, aquello que es un derecho: tomar agua de calidad, potable y apta para el consumo humano. Este fallo fue ratificado por la Cámara de San Martín, y nuevamente apelado por ABSA, en esta instancia, solicita determinar ante la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires cuales son los niveles de arsénico. Para la provincia, 0.05 mg/l, para los amparistas, según indica la OMS (Organización Mundial de la Salud), 0.01 mg/l. Otra vez, nuestra salud “está en juego”.